jueves, 8 de septiembre de 2016

Álbum: Reflejos y evaluación del recién nacido













EVVALUACIÓN Y VALORACIÓN DEL RECIEN NACIDO

Antes y después de que el recién nacido abandone el hospital es necesario hacerle pruebas de evaluación, ya que los primeros minutos, días y semanas después del nacimiento son cruciales para su desarrollo, por lo tanto examinar al bebe permitirá identificar cualquier problema que precise de atención especial (Papalia, Wendkos Olds, & Duskin Feldman, 2009).  Para realizar las pruebas de evaluación al recién nacido se debe tener en cuenta sus características, las cuales, de acuerdo con (Gonzales & Ventura, s.f.) al nacer generalmente nacer son:
·         Un peso que oscile entre 2500 y 4500 gr.
·         Un perímetro cefálico que varía de 32 a 36 cm y el torácico suele ser 2 cm inferior al craneal con una longitud que oscila entre 45 a 55 cm.
·         La piel generalmente es sonrosada y cubierta de vérmix caseosa y lanugo.
·         Su cara por lo general está rojiza e hinchada, con los ojos cerrados y su nariz pequeña y aplastada.
Consiguiente a esto, la primera prueba de evaluación que se efectúa se realiza en la sala de partos y se llama escala Apgar, creada por la doctora Virginia Apgar y publicado en 1953. Esta escala se aplica en el primer y en el quinto minuto después del parto, y se divide en 5 subpruebas que evalúan 5 aspectos diferentes, los cuales son: apariencia (color), pulso (frecuencia cardiaca), gesticulación (irritabilidad refleja), actividad (tono muscular) y respiración. La escala califica al recién nacido de 0, 1 o 2 puntos para cada aspecto, hasta una puntuación máxima de 10; si la puntuación es de 7 a 10 a los cinco minutos, significa que el bebé está en buena o excelente condición; si es de 5 a 7 indica que el bebé necesita ayuda para comenzar a respirar; y cuando es inferior a 5 es probable que refleje problemas con los sistemas cardiaco o respiratorio (Papalia, et.al, 2009).

Ilustración 1 Escala Apgar

Es importante ampliar el aspecto de la gesticulación o conductas reflejas en el neonato, ya que muestran el estado del sistema neurológico. Dentro de estos se encuentran principalmente el reflejo de moro sobresalto, de búsqueda, de succión y de prensión palmar. El primero en mencionarse se da cuando el niño extiende sus brazos y piernas en respuesta a un movimiento brusco o sonido fuerte, por lo general desaparece entre los 5 y 6 meses. El caso del reflejo de búsqueda se da cuando al tocar el ángulo de la boca del niño, este la abre y se vuelve hacia el estímulo. Por  su parte el reflejo de succión es dado cuando la colocación de un dedo o un objeto en la boca del niño provocan la succión. Por último, el reflejo de prensión palmar se cuando el niño cierra sus dedos al colocar un objeto o al tocar la palma de su mano ( Fraser, 2007).  Asimismo, (Alvarado, G., Martínez, I., Solís, M., Plaza, M., Gómez, D., Mandujano, M., y Sánchez, C., 2009) incluyen la evaluación de otros reflejos al nacer, mencionando los siguientes:
·         Reflejo de deglución: Presencia de alimentos en la boca donde el bebé realiza movimientos de deglución, lo que permite la alimentación del mismo.
·         Reflejo de galant: Cuando el bebé se encuentra boca abajo se le estimula con los dedos paralelos a la columna y el bebé arqueará el cuerpo a la dirección del lugar que está siendo estimulada. Este reflejo permite la acomodación del bebé al momento de dormir.
·         Reflejo de prensión plantar: Estimulación del dedo con el pie del recién nacido lo que provoca un cierre de los dedos, de igual modo al reflejo de prensión palmar el bebé realiza su agarre por el temor a caer, desaparece entre los 8 y los 9 meses.
·         Reflejo de Babinski: Estimulación de la planta del pie del recién nacido desde el talón hasta los dedos del pie, lo que provocará que el pie se abra y se arquee hacia adentro por el mismo miedo a caer, este reflejo es normal hasta los 2 años de edad.
·         Reflejo de retracción o huida: Al estimular con un elemento que cause dolor el recién nacido retirará el pie y extenderá el otro para alejarse completamente de dicho elemento.
·         Reflejo tónico del cuello o del esgrimista: Al girar la cabeza del bebé éste estirará el brazo con la mano entreabierta a la dirección en la que está girada y el otro lo flexionará con la mano cerrada fuertemente, ayuda al desarrollo visual del bebé.
·         Reflejo de lateralidad: Levantar de costado al bebé y la pierna que queda arriba la doblará y la de abajo la estirará haciendo que “cuelgue”, este reflejo no es aplicado en niños que presentan traumas espinales, busca comprobar el equilibrio del recién nacido.
·         Reflejo palpebral: Movimiento de defensa cuando se presenta alguna luz intensa o algún fuerte ruido cerca del bebé, evidenciar el sentido de la audición del recién nacido.
·         Reflejo marcha automática: Colocar de pie al recién nacido de pie sosteniéndolo por las axilas éste flexionará la extremidad que toca el piso y adelantará la otra como dando pasitos, desaparece entre los 2 y los 3 meses.
·         Reflejo del escalador: Colocar al recién nacido de pie en una superficie blanda, sosteniéndolo por las axilas, éste flexionará la extremidad que toca la superficie como si estuviera subiendo escalones.
Una vez aplicada la escala Apgar, se realizan evaluaciones con relación a la edad gestacional, diferenciando así al neonato prematuro o pretérmino, del neonato a término y postérmino. Aquel que nace antes de las 37 semanas de la edad gestacional se le considera pretérmito; su falta de madurez determina algunas características físicas como ausencia de reservas energéticas e inmadurez funcional que lo hacen más vulnerable e incrementa la mayoría de los trastornos propios del período neonatal, predominando la inestabilidad circulatoria, el enfriamiento, los problemas respiratorios, los disturbios metabólicos e hidroelectrolíticos, las infecciones, los sangramientos ventriculares y las secuelas en épocas posteriores. Por su parte, el neonato a término nace entre las 37 y 41 semanas de edad gestacional, y por lo general sus características a nivel de desarrollo funcional sin propias de su adaptación a la vida extrauterina. En lo que se refiere al neonato postérmino, este nace después de las 41 semanas de gestación y a pesar de que su aspecto es igual al de los recién nacidos a término sus signos de posmadurez aumentan el riesgo de enfermar y de fallecer por asfixia perinatal (Valdés & Reyes, 2003).
En ese orden de ideas, determinar la edad gestacional es fundamental para conocer el grado de madurez neonatal, la cual permite, al relacionarla con el peso, precisar el riesgo neonatal y determinar precozmente diagnósticos específicos en cada grupo de niños para generar métodos preventivos de atención médica. Para ello, se propone el método de Usher, publicado en 1966 por Fars, Usher y sus colaboradores, quienes proveen algunas características físicas externas que orientan de forma sencilla el cálculo de la edad gestacional en el neonato; evaluando así pliegues plantares, el desarrollo cartilaginoso del pabellón auricular, el pelo, el nódulo mamario y los genitales (Valdés & Reyes, 2003).
Posterior a esto, se realizan evaluaciones del estado físico del neonato, con el propósito de descubrir variaciones o anomalías y aplicar una terapia precoz, rápida y adecuada si así lo requieren. Dentro de este tipo de pruebas evalúan, por sobre todo, los aspectos y características de la piel, si presenta lesiones dermatológicas, alteraciones del tejido celular subcutáneo, infecciones o anomalías. Luego se realizan evaluaciones antropométricas, las cuales se encargan de recoger mediciones del peso y la talla en el recién nacido a través de instrumentos como balanzas y neonámetro (Valdés & Reyes, 2003).
Finalmente, realizan exámenes más detallados de orden céfalo-caudal, comenzando, de manera secuencial, con el cráneo, la cara y los ojos, las fosas nasales y los oídos, la boca, el cuello y cintura escapular, el tórax, el abdomen, las extremidades y articulaciones, columna vertebral y medula espinal, y terminado con los genitales externos y región ano-rectal; luego desde un orden próximo distal se evalúa el sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico  (Valdés & Reyes, 2003). En lo que respecta a la evaluación neurológica se puede utilizar la escala de Brazelton para evaluar el comportamiento neonatal y medir las respuestas del mismo hacia el ambiente teniendo en cuenta aspectos como la organización motora, los reflejos, los cambios de estado, la atención y la capacidad interactiva e inestabilidad del sistema nervioso (Papalia, et.al, 2009).
Cabe mencionar además, y como cierre, la importancia de la atención hacia el bebe, ya que este precisa de una atención mucho más focalizada, debido a los riesgos que puede llegar a sufrir al momento de nacer sean infecciones, alteraciones de la madre al momento de parir, entre otras. De acuerdo con (Doménech, E., Gonzales, N., &  Rodriguéz, J., 2008) algunas de estas atenciones pueden ser:
·         Valoración de los antecedentes previos al parto: Se evalúa la formación del feto durante todo el embarazo debido a que existen fármacos o alteraciones en la madre que pueden repercutir en el desarrollo del bebé durante la gestación.  
•          Patología medica materna.
•          Fármacos.
•          Patologías de índole social
•          Valorar controles de infecciones que puedan afectar al feto.
-           Cuidados en el paritorio: Valoración inmediata en la fase del parto.
•          La edad gestional, peso adecuado.
•          Ausencia de anomalías congénitas
•          Adecuada transición a la vida extrauterina
•          Problemas del neonato con la anestesia o analgesia.
•          Ausencia signos de infección o actividades metabólicas
·         Cuidados después del parto: Los primeros cuidados en la sala de parto a la madre y al neonato.
•          Profilaxis de la conjuntivitis neonatal
•          Profilaxis de la enfermedad hemorrágica del recién nacido
•          Cuidado del cordón
•          El grupo sanguíneo y el Coombs directo
·         Alta hospitalaria del recién nacido sano: Debe ser un periodo largo donde se identifique cualquier problema o alteración del recién nacido.
•          Verificar peso
•          Exploración y valoración del recién nacido
•          Prueba de detección precoz de metabolopatías
•          Inmunización universal frente al VHB
•          Exploración ecográfica de la cadera
•          Cribado neonatal de la hipoacusia.
•          La hospitalización

Referencias

Alvarado, G., Martínez, I., Solís, M., Plaza, M., Gómez, D., Mandujano, M., y Sánchez, C. (2009). Los reflejos primitivos en el diagnóstico clínico de neonatos y lactantes. Revista de ciencias clínicas, 9(1), pp. 15-26.
Doménech, E., Gonzales, N., y Rodriguéz, J. (2008).  Cuidados generales del recién nacido sano. Asociación española de pediatría, pp. 19-28.
Fraser, D. (2007). Evaluación física del Recién Nacido, Parte 2: Inspección hasta palpación. Revista de enfermeria, 8-12.
Gonzales, A., & Ventura, P. (s.f.). EXAMEN FISICO DEL RECIEN NACIDO. Recuperado el 06 de Septiembre de 2016, de escuela.med: http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/manualped/rnexfisico.html
Papalia, D., Wendkos Olds, S., & Duskin Feldman, R. (2009). Psicología del desarrollo de la infancia y la adolescencia. México: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A.
Valdés, R., & Reyes, D. (2003). Examen clínico al recien nacido. La Habana: Editorial Ciencias Médicas.


Referencia de las imágenes

Reflejo de búsqueda
Reflejo de succión
Reflejo de babinski
Reflejo de presión
Escala de apgar
Método de usher
Reflejo de Galant
Reflejo de moro
15.   http://www.supernanny-barcelona.com/wp-content/uploads/2015/07/REFLEJO-DE-MORO.jpg
Reflejo de tónico del cuello
Reflejo de lateralidad
Reflejo de cocleo palpebral
Reflejo de marcha