EVVALUACIÓN
Y VALORACIÓN DEL RECIEN NACIDO
Antes
y después de que el recién nacido abandone el hospital es necesario hacerle
pruebas de evaluación, ya que los primeros minutos, días y semanas después del nacimiento
son cruciales para su desarrollo, por lo tanto examinar al bebe permitirá
identificar cualquier problema que precise de atención especial (Papalia, Wendkos Olds, & Duskin Feldman, 2009) . Para realizar las pruebas de evaluación al
recién nacido se debe tener en cuenta sus características, las cuales, de
acuerdo con (Gonzales & Ventura, s.f.) al nacer
generalmente nacer son:
·
Un peso que oscile entre 2500 y 4500 gr.
·
Un perímetro cefálico que varía de 32 a 36
cm y el torácico suele ser 2 cm inferior al craneal con una longitud que oscila
entre 45 a 55 cm.
·
La piel generalmente es sonrosada y
cubierta de vérmix caseosa y lanugo.
·
Su cara por lo general está rojiza e
hinchada, con los ojos cerrados y su nariz pequeña y aplastada.
Consiguiente
a esto, la primera prueba de evaluación que se efectúa se realiza en la sala de
partos y se llama escala Apgar, creada
por la doctora Virginia Apgar y publicado en 1953. Esta escala se aplica en el
primer y en el quinto minuto después del parto, y se divide en 5 subpruebas que
evalúan 5 aspectos diferentes, los cuales son: apariencia (color), pulso
(frecuencia cardiaca), gesticulación (irritabilidad refleja), actividad (tono
muscular) y respiración. La escala califica al recién nacido de 0, 1 o 2 puntos
para cada aspecto, hasta una puntuación máxima de 10; si la puntuación es de 7
a 10 a los cinco minutos, significa que el bebé está en buena
o excelente condición; si es de 5 a 7 indica que el bebé necesita ayuda para
comenzar a respirar; y cuando es inferior a 5 es probable que refleje problemas
con los sistemas cardiaco o respiratorio (Papalia, et.al, 2009).
Ilustración
1 Escala Apgar
Es
importante ampliar el aspecto de la gesticulación o conductas reflejas en el
neonato, ya que muestran el estado del sistema neurológico. Dentro de estos se
encuentran principalmente el reflejo de
moro sobresalto, de búsqueda, de succión y de prensión palmar. El primero
en mencionarse se da cuando el niño extiende sus brazos y piernas en respuesta
a un movimiento brusco o sonido fuerte, por lo general desaparece entre los 5 y
6 meses. El caso del reflejo de búsqueda se da cuando al tocar el ángulo de la
boca del niño, este la abre y se vuelve hacia el estímulo. Por su parte el reflejo de succión es dado cuando
la colocación de un dedo o un objeto en la boca del niño provocan la succión.
Por último, el reflejo de prensión palmar se cuando el niño cierra sus dedos al
colocar un objeto o al tocar la palma de su mano ( Fraser, 2007) .
Asimismo, (Alvarado, G., Martínez, I., Solís, M., Plaza, M., Gómez, D.,
Mandujano, M., y Sánchez, C., 2009) incluyen la evaluación de otros reflejos al
nacer, mencionando los siguientes:
·
Reflejo
de deglución: Presencia de alimentos en la boca
donde el bebé realiza movimientos de deglución, lo que permite la alimentación
del mismo.
·
Reflejo
de galant: Cuando el bebé se encuentra boca abajo se le
estimula con los dedos paralelos a la columna y el bebé arqueará el cuerpo a la
dirección del lugar que está siendo estimulada. Este reflejo permite la
acomodación del bebé al momento de dormir.
·
Reflejo
de prensión plantar: Estimulación del dedo con el pie del
recién nacido lo que provoca un cierre de los dedos, de igual modo al reflejo
de prensión palmar el bebé realiza su agarre por el temor a caer, desaparece
entre los 8 y los 9 meses.
·
Reflejo
de Babinski: Estimulación de la planta del pie del
recién nacido desde el talón hasta los dedos del pie, lo que provocará que el
pie se abra y se arquee hacia adentro por el mismo miedo a caer, este reflejo
es normal hasta los 2 años de edad.
·
Reflejo
de retracción o huida: Al estimular con un elemento que cause
dolor el recién nacido retirará el pie y extenderá el otro para alejarse
completamente de dicho elemento.
·
Reflejo
tónico del cuello o del esgrimista: Al girar la cabeza
del bebé éste estirará el brazo con la mano entreabierta a la dirección en la
que está girada y el otro lo flexionará con la mano cerrada fuertemente, ayuda
al desarrollo visual del bebé.
·
Reflejo
de lateralidad: Levantar de costado al bebé y la
pierna que queda arriba la doblará y la de abajo la estirará haciendo que
“cuelgue”, este reflejo no es aplicado en niños que presentan traumas espinales,
busca comprobar el equilibrio del recién nacido.
·
Reflejo
palpebral: Movimiento de defensa cuando se presenta alguna
luz intensa o algún fuerte ruido cerca del bebé, evidenciar el sentido de la
audición del recién nacido.
·
Reflejo
marcha automática: Colocar de pie al recién nacido de pie
sosteniéndolo por las axilas éste flexionará la extremidad que toca el piso y
adelantará la otra como dando pasitos, desaparece entre los 2 y los 3 meses.
·
Reflejo
del escalador: Colocar al recién nacido de pie en una
superficie blanda, sosteniéndolo por las axilas, éste flexionará la extremidad
que toca la superficie como si estuviera subiendo escalones.
Una
vez aplicada la escala Apgar, se realizan
evaluaciones con relación a la edad gestacional, diferenciando así al neonato
prematuro o pretérmino, del neonato a término y postérmino. Aquel que nace
antes de las 37 semanas de la edad gestacional se le considera pretérmito; su falta
de madurez determina algunas características físicas como ausencia de reservas energéticas
e inmadurez funcional que lo hacen más vulnerable e incrementa la mayoría de
los trastornos propios del período neonatal, predominando la inestabilidad
circulatoria, el enfriamiento, los problemas respiratorios, los disturbios
metabólicos e hidroelectrolíticos, las infecciones, los sangramientos ventriculares
y las secuelas en épocas posteriores. Por su parte, el neonato a término nace entre
las 37 y 41 semanas de edad gestacional, y por lo general sus características a
nivel de desarrollo funcional sin propias de su adaptación a la vida
extrauterina. En lo que se refiere al neonato postérmino, este nace después de
las 41 semanas de gestación y a pesar de que su aspecto es igual al de los
recién nacidos a término sus signos de posmadurez aumentan el riesgo de
enfermar y de fallecer por asfixia perinatal (Valdés & Reyes, 2003) .
En
ese orden de ideas, determinar la edad gestacional es fundamental para conocer el
grado de madurez neonatal, la cual permite, al relacionarla con el peso, precisar
el riesgo neonatal y determinar precozmente diagnósticos específicos en cada
grupo de niños para generar métodos preventivos de atención médica. Para ello,
se propone el método de Usher, publicado
en 1966 por Fars, Usher y sus colaboradores, quienes proveen algunas
características físicas externas que orientan de forma sencilla el cálculo de
la edad gestacional en el neonato; evaluando así pliegues plantares, el desarrollo
cartilaginoso del pabellón auricular, el pelo, el nódulo mamario y los
genitales (Valdés & Reyes, 2003) .
Posterior
a esto, se realizan evaluaciones del
estado físico del neonato, con el propósito de descubrir variaciones o
anomalías y aplicar una terapia precoz, rápida y adecuada si así lo requieren.
Dentro de este tipo de pruebas evalúan, por sobre todo, los aspectos y
características de la piel, si presenta lesiones dermatológicas, alteraciones
del tejido celular subcutáneo, infecciones o anomalías. Luego se realizan evaluaciones antropométricas, las
cuales se encargan de recoger mediciones del peso y la talla en el recién
nacido a través de instrumentos como balanzas y neonámetro (Valdés &
Reyes, 2003) .
Finalmente,
realizan exámenes más detallados de orden céfalo-caudal, comenzando, de manera
secuencial, con el cráneo, la cara y los ojos, las fosas nasales y los oídos,
la boca, el cuello y cintura escapular, el tórax, el abdomen, las extremidades
y articulaciones, columna vertebral y medula espinal, y terminado con los genitales
externos y región ano-rectal; luego desde un orden próximo distal se evalúa el
sistema respiratorio, cardiovascular y neurológico (Valdés & Reyes, 2003) . En lo que respecta
a la evaluación neurológica se puede utilizar la escala de Brazelton para evaluar el
comportamiento neonatal y medir las respuestas del mismo hacia el ambiente
teniendo en cuenta aspectos como la organización motora, los reflejos, los cambios
de estado, la atención y la capacidad interactiva e inestabilidad del sistema
nervioso (Papalia, et.al, 2009).
Cabe
mencionar además, y como cierre, la importancia de la atención hacia el bebe,
ya que este precisa de una atención mucho más focalizada, debido a los riesgos
que puede llegar a sufrir al momento de nacer sean infecciones, alteraciones de
la madre al momento de parir, entre otras. De acuerdo con (Doménech, E.,
Gonzales, N., & Rodriguéz, J., 2008)
algunas de estas atenciones pueden ser:
·
Valoración
de los antecedentes previos al parto: Se evalúa la formación
del feto durante todo el embarazo debido a que existen fármacos o alteraciones
en la madre que pueden repercutir en el desarrollo del bebé durante la gestación.
• Patología medica materna.
• Fármacos.
• Patologías de índole social
• Valorar controles de infecciones que
puedan afectar al feto.
- Cuidados en el paritorio: Valoración
inmediata en la fase del parto.
• La edad gestional, peso adecuado.
• Ausencia de anomalías congénitas
• Adecuada transición a la vida
extrauterina
• Problemas del neonato con la anestesia
o analgesia.
• Ausencia signos de infección o
actividades metabólicas
·
Cuidados
después del parto: Los primeros cuidados en la sala de
parto a la madre y al neonato.
• Profilaxis de la conjuntivitis
neonatal
• Profilaxis de la enfermedad
hemorrágica del recién nacido
• Cuidado del cordón
• El grupo sanguíneo y el Coombs directo
·
Alta
hospitalaria del recién nacido sano: Debe ser un periodo
largo donde se identifique cualquier problema o alteración del recién nacido.
• Verificar peso
• Exploración y valoración del recién
nacido
• Prueba de detección precoz de
metabolopatías
• Inmunización universal frente al VHB
• Exploración ecográfica de la cadera
• Cribado neonatal de la hipoacusia.
• La hospitalización
Referencias
Alvarado, G., Martínez, I., Solís, M.,
Plaza, M., Gómez, D., Mandujano, M., y Sánchez, C. (2009). Los reflejos
primitivos en el diagnóstico clínico de neonatos y lactantes. Revista de
ciencias clínicas, 9(1), pp. 15-26.
Doménech, E., Gonzales, N., y Rodriguéz,
J. (2008). Cuidados generales del
recién nacido sano. Asociación española de pediatría, pp. 19-28.
Fraser, D. (2007). Evaluación física del Recién Nacido,
Parte 2: Inspección hasta palpación. Revista de enfermeria, 8-12.
Gonzales, A., &
Ventura, P. (s.f.). EXAMEN FISICO DEL RECIEN NACIDO. Recuperado el 06
de Septiembre de 2016, de escuela.med: http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/manualped/rnexfisico.html
Papalia, D., Wendkos
Olds, S., & Duskin Feldman, R. (2009). Psicología del desarrollo de la
infancia y la adolescencia. México: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A.
Valdés, R., &
Reyes, D. (2003). Examen clínico al recien nacido. La Habana:
Editorial Ciencias Médicas.
Referencia de las imágenes
Reflejo de búsqueda
Reflejo de succión
Reflejo de babinski
Reflejo de presión
Escala de apgar
Método de usher
Reflejo de Galant
Reflejo de moro
15.
http://www.supernanny-barcelona.com/wp-content/uploads/2015/07/REFLEJO-DE-MORO.jpg
Reflejo de tónico del cuello
17.
http://www.inpp.es/wp-content/uploads/2011/08/Reflejo-T%C3%B3nico-Asim%C3%A9trico-del-Cuello.jpg
Reflejo de lateralidad
Reflejo de cocleo palpebral
Reflejo de marcha